Según el análisis de economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, las pérdidas por la histórica bajante del mayor curso de agua del país, representaría un costo cercano a los 315 millones de dólares en seis meses, para el complejo agroindustrial exportador y los productores agropecuarios argentinos.
“El Río Paraná alcanzará a la altura del Gran Rosario su nivel más bajo en décadas. Esto acarrea costos logísticos, de transporte e industriales entre marzo y agosto de este año”, informaron.
En referencia a cuales son los mayores costos que vislumbran, detallaron que en el estudio se consideran los incrementos en los costos relacionados por ejemplo, a la necesidad de ajustar el volumen de carga en determinados tipos de buques en el Gran Rosario por la bajante, lo cual implica que un grupo de artefactos navales tengan que salir con menor tonelaje a sus puertos de destino y tener que hacer frente al denominado “falso flete”.
Asimismo se contemplan incrementos en los precios de de transporte y logísticos relacionados al menor tonelaje que puede cargarse en los trenes de barcazas que bajan por los ríos Paraná y Paraguay al Gran Rosario desde Paraguay, Bolivia y puertos locales. “Nos referimos a mercadería de origen extranjero que trasborda en el Gran Rosario, a poroto de soja que importa temporariamente nuestro país y granos argentinos que llegan desde puertos de cabotaje de Chaco y Entre Ríos”, detallaron.
También se consideran pérdidas que sufre el complejo agroindustrial local por menores precios de exportación que percibe nuestro país tanto en harina como aceite de soja por los problemas logísticos y de transporte que trae como consecuencia esta bajante del Río Paraná. “Existe un castigo en el precio de estos productos argentinos que se traducen en una presión a la baja de las primas FOB argentina en relación a otros orígenes, como el brasilero”, por ejemplo. El porcentaje aplicado fue del 10% del diferencial de precios entre Argentina y Brasil.
Por otro lado, costos adicionales en la actividad industrial del complejo oleaginoso del Gran Rosario producto de la ralentización del ritmo de embarques que genera inconvenientes diversos, saturación de almacenajes y demoras en el ritmo de la molienda, explicaron los analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Perspectivas climáticas. En referencia a las perspectivas climáticas relacionadas con la bajante del río, José Luis Aiello, doctor en Ciencias Meteorológicas y Asesor científico de la Bolsa de Comercio de Rosario, junto con especialistas de GEA, observaron con gran preocupación el fenómeno extremadamente seco en las regiones que vierten sus aguas en la Hidrovía Paraná-Paraguay y Tiete-Paraná. “Para los meses venideros, el Río Paraná en su tramo fluviomarítimo podría alcanzar el nivel más bajo en décadas”, mencionaron.
Aiello indica que las regiones mencionadas transitan el denominado “período seco”, es decir con precipitaciones bajas que recién se revertirían a partir de fines de septiembre. “El pronóstico no es para nada auspicioso en la zona del Paraná-Paraguay y Tiete- Paraná con impactos negativos para el Gran Rosario”, concluyeron
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