Con la firma de Sandra Nicosia, «ambientalista», se publica un ataque contra «los monocultivos forestales». Creíamos que, luego de numerosos artículos publicados en este medio, ya había «ataques» (irracionales) respecto a los cultivos forestales que deberían haber terminado, pero es evidente que es el ser humano el único animal que tropieza con la misma piedra, no solo dos, sino decenas de veces.
Primero me gustaría saber donde se otorga el título de «ambientalista», porque amparándose en el mismo, parece que hay quienes pueden decir cualquier cosa. En cambio «Ecología» y otras afines, son carreras universitarias que se pueden cursar y así luego opinar con fundamentos.
Pero vayamos al tema de los monocultivos forestales. Desde que el hombre aprendió a cultivar la tierra y dejó de ser cazador-recolector, hace ya 10 mil o 15 mil años atrás, todo cultivo es «monocultivo». A nadie se le ocurriría poner, por ejemplo, una planta de tomate, al lado una trigo, la siguiente una de zapallo, luego una berenjena, seguida de una sandia, un maíz, una espinaca, etc. Bueno, en forestal es lo mismo.
Sólo unas pocas especies de Pinos (son casi 120, en su mayoría provenientes de México y zona de su Golfo) y otras también pocas de Eucalyptus (son unas 650, casi todas de Australia) se emplean en cultivos. Las que se cultivan en Misiones, provenientes de suelos y climas similares, serían las forestales equivalentes al maíz y trigo en agricultura. Y curiosamente, justo lo que ataca esta «ambientalista», el cultivo forestal en Misiones bien manejado, permite una regeneración de sotobosque que no vemos en ningún otro cultivo.
Dice que el cultivo forestal quita superficie a la producción de alimentos, bien, el ejemplo de la República del Uruguay demuestra lo contario, donde a pesar de haber ocupado casi un millón de hectáreas con forestaciones, a la vez a aumentado su producción de carnes y trigo, reemplazando a la Argentina en varios mercados con estos productos.
Por lo demás, Argentina tiene súperavit en producción de alimentos, suficientes para abastecer al menos a una población 10 veces mayor a la propia, pero es deficitaria en la producción de maderas y sus derivados, debiendo gastar más mil millones de dólares anuales en importarlos. Y eso es lo que Misiones debe aprovechar.
Pero lo curioso es que la autora de la nota cita cultivos como la Palma para aceite, que no es un cultivo forestal y menos de la región. Es evidente que copia algo ya escrito en otro lugar. Reforzando lo del párrafo anterior, también ignora cuál es la realidad en la región. En Misiones, el sector forestal aporta el 65 % del PBG, o sea, que de cada 100 personas, 65 «viven» en forma directa o indirecta, total o parcial del cultivo forestales. Y que los productores forestales primarios suman no menos de 15 mil, a los que se deben sumar las empresas de servicios, industrias, etc. Entonces, la realidad de Misiones, deja al desnudo la ignorancia de la autora de la nota cuando menciona que es un modelo «desastroso» Y si hay alguna mega empresa extranjera, su radicación se debió a la política de un Gobierno democrático reelegido varias veces a nivel País y aún más en Misiones. Guste o no, debemos aceptarlo.
Concretamente ¿De dónde proviene este ataque contra los «monocultivos forestales» en América Latina?. Digámoslo claramente: las ONGs que promocionan y difunden esos ataques, curiosamente con » sub sedes» en la R.O. del Uruguay, están sospechadas de ser financiadas por algún subsector forestal del hemisferio Norte, que ven perder a diario, en el desarrollo de los cultivos forestales y su industrialización en América Latina, a sus mercados tradicionales, que dominaban desde hace de cientos de años.
Desgraciadamente hay quienes se «prenden» en esta «movida» sin analizar a fondo el tema. Les parece «lindo» y punto. Nada nuevo, fue exactamente lo que paso cuando el Invap logró ganar el concurso para venderle un reactor nuclear a Australia años atrás ¿se acuerdan? Un desarrollo de un País del tercer mundo los desplazaba. Se hizo una campaña terrible a nivel nacional contra esa venta a través de alguna ONG posiblemente «incentivada» de alguna forma desde el exterior. Hasta una Directora de una escuela de Posadas sacó a los inocentes chicos a la calle, abrazar la escuela en contra de esa venta. El reactor finalmente se vendió, funciona, y el tema se aplacó. Pero en otros casos, la Argentina salió perjudicada: Fábrica de aviones, el Cóndor II, el astillero Domec García, etc.
Bien, la historia se repite, ahora en forestal, ya dijo al inicio, el ser humano, especialmente el argentino, es el único animal que tropieza con la misma piedra varias veces
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(La opinión fue publicada en El Territorio)
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