El estrés, las ondas del microondas, los productos de limpieza, son tan solo algunas de las causas que, incorrectamente, las personas nombran a la hora de identificar factores de riesgo de cáncer. Cada vez con más frecuencia, ciertas ideas populares y ampliamente difundidas sobre estos factores, comienzan a forjarse en nuestra sociedad. El problema es que las mismas, no presentan evidencia científica que las respalde. A pesar de estar infundadas o basadas en viejas teorías, estos mitos, al normalizarse, generan una preocupación innecesaria en los consumidores e incluso fomentan interminables debates que lo único que producen, es una mayor confusión. En el último tiempo escuchando a la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarar que la carne roja, el mate muy caliente, el tocino, el glifosato, o hasta los celulares, son cancerígenos. Y en las últimas semanas, un nuevo producto se sumó a esta interminable lista, generando aún más desconcierto al tratarse nada más y nada menos que del café, una bebida presente en la rutina de muchos.
La idea de que todo causa cáncer viene instalándose desde hace tiempo. Como si fuese una moda, la tendencia de reforzar la precaución sobre cada cosa que nos rodea, se ha convertido en una hábito que, en lugar de generar conciencia sobre determinados productos cancerígenos, termina causando una alarma permanente. Por lo que luego resulta difícil distinguir entre verdaderas causas de cáncer y aquellos mitos injustificados científicamente, que solo sirven para atemorizar a los consumidores. Y si hay un ejemplo que ilustra a la perfección esta guerra ideológica contra productos seguros, es el del conocido herbicida, llamado glifosato. En el último tiempo, el glifosato, herbicida de mayor uso a nivel mundial, se ha convertido en una clara representación de los efectos que tienen este tipo de mitos en la sociedad. Mientras un sinfín de estudios científicos elaborados por instituciones reconocidas sostienen que no existe conexión entre el agroquímico y el cáncer, todavía muchos se empeñan en difundir lo contrario. Es decir, por más que la ciencia respalda la seguridad del glifosato, todavía hay muchos que lo acusan de causar cáncer o hasta malformaciones congénitas.
Esta nueva tendencia de etiquetar todo como cancerígeno, quedó probada en una investigación reciente llevada a cabo en el Reino Unido. La misma demuestra que un número considerable de personas, todavía cree en falsas causas de cáncer. El estudio publicado por la revista European Journal of Cancer, se basó en una encuesta realizada a alrededor de 1.330 personas, a las que se les interrogó sobre su estilo de vida y su salud, preguntándoles además sobre la veracidad de ciertas causas de cáncer. De este modo, el informe sacó a la luz una tendencia que continúa en ascenso: la consolidación de mitos en torno a las posibles causas de la enfermedad.
A través de esta publicación, también quedó en evidencia la ignorancia del público en general sobre los verdaderos riesgos, lo que resulta inquietante ya que los consumidores terminan preocupándose innecesariamente. Por ejemplo, entre los resultados del informe, se resalta que un 34% de los encuestados consideran que existe un vínculo entre los alimentos modificados genéticamente y el cáncer. Algo que está totalmente desacreditado desde el punto de vista científico, al igual que la creencia de que el estrés causa cáncer, lo que tampoco ha sido probado por la ciencia.
Algunas de las causas que enumeraron los encuestados fueron, las frecuencias electromagnéticas y los teléfonos celulares, como así también las emisiones de dispositivos electrónicos como el wi-fi, o los aditivos alimentarios, entre otras. Todos factores, que hasta el momento, no cuentan con sustento científico. Por el contrario, los encuestados tuvieron problemas a la hora de identificar correctamente las causas de cáncer que sí han sido científicamente comprobadas. Mientras el 80% sí logró identificar que fumar aumenta las probabilidades de contraer cáncer, tan solo un 24% de los interrogados respondió correctamente que el consumo de carne procesada incrementa los riesgos.
El número de personas que creen en causas no probadas de cáncer, ha aumentado desde principios de siglo. Así lo afirmó el doctor Samuel Smith, quien lideró la investigación. Además, Smith manifestó que resulta preocupante ver la cantidad de personas que todavía creen en factores de riesgo, para los cuales ni siquiera existe evidencia científica convincente. Lo que demuestra una falla en la percepción de las causas de cáncer, fomentada por la desinformación y el alarmismo desplegado por ciertos colectivos que se encargan de consolidar nuevos mitos. El hecho de que las causas probadas científicamente estén, a la vista de los consumidores, al mismo nivel que otras causas sin sustento, demuestra la gravedad del problema y la necesidad de esclarecer la confusión que existe en torno al asunto. No todo causa cáncer, y eso es lo que debe resaltarse para que las personas puedan tomar decisiones fundadas y dejar de preocuparse innecesariamente por riesgos que no existen.
* Ingeniera en alimentos y especialista en seguridad alimentaria.
** Nota publicada en MDZ.com
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