Por Aldo Puig
Muchos autores han manifestado su preocupación por el tema pero Quiroga es el que lo ha hecho en forma más completa . “Cuentos de amor de locura y de muerte”, uno de sus primeros libros constituye ese ejemplo.
En forma consciente y deliberada era conservacionista. Nos enseñó con ejemplos crudos y realistas.
“El hombre pisó algo blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque”.
Los personajes de los cuentos de Horacio Quiroga se enfrentan a una desigual lucha contra la naturaleza. Ella invadida y agredida, los venció, siempre.
El hombre, en sus relatos, no es dañino, se exponía a situaciones extremas por necesidad y por ignorar el daño que causaba a su entorno natural, maravilloso.
“A la deriva”, muestra al hombre solo frente a la naturaleza. El paisaje es majestuoso de belleza sombría y calma, pero mortal. Paulino supo desde el principio que estaba muerto.
“El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas, bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, atrás, siempre la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa”.
La literatura puede colaborar en la toma de conciencia y debe dar un llamado de atención sobre los problemas humanos y alertar a la sociedad sobre el cuidado del ambiente.
A la Deriva – Adaptación del cuento de Horacio Quiroga en Youtube